Un tiempo atrás me tocaba renovar el carnet de conducir del coche,
junto con el de ciclomotor y motocicleta. Me dirigí a un centro médico
cercano a mi domicilio, donde hacen la gestión y me ahorro el viajecito
y las esperas a la DGT.
Por el camino se me iban viniendo a la cabeza recuerdos de con quienes pasé esos momentos de incertidumbre
y de nervios, (año 93), que fueron Isabel Aguilera Morente, un hermano
de José Amate (Amatico), Checa (el de los cubitos), Ángel Chiachío Pacheco, ...
Lo de la moto fue un poco antes, haciendo las prácticas(en una pista improvisada) al lado de la Iglesia de Jesús, zigzagueando las varillas que nos colocaba Diego Ruano (Autoescuela Gran Capitán), y que al final del recorrido había unos conos sujetando dos tablillas, separadas medio metro aproximadamente, y que sólo había que derribar la primera con la rueda delantera de la vespa, de color azul oscuro. El recuerdo más bonito de mi periplo por la autoescuela, fue el carnet de ciclomotor, que resultó ser el premio de una redacción que hice cuando era alumno de 7º de EGB, del Colegio Juan Carlos I, y que recibí cuatro años más tarde del concurso, cuando le pregunté a Diego: “¿qué te debo del carnet?, y me respondió, “¡Pero niño! ¿Tú no ganaste el concurso de la redacción que hicimos hace unos años?” Yo ya no me acordaba.
El tema sobre el
que versaba ese curioso relato eran “Las Cruces de Mayo” y que resultaba
un tema profano para nosotros y para Porcuna en general, estoy hablando
del año 1.986. La propuesta de esta bonita actividad escolar vino por
parte de D.Manuel Bueno Carpio y de forma paralela, en el Colegio Santa
Teresa, por la madre Melchora (si la memoria no me falla), que supieron
darnos unos esbozos generales de lo que significaba la fiesta, tanto en
lo sacramental como en lo ornamental.
Junta de Cultura 1.989
Como colofón nos invitaron a verlas in situ en Cañete de las Torres una tarde-noche, a las que acudimos seis niños por colegio, y que nos acercaron con el Land Rover, el vehículo multiusos por antonomasia de nuestra tierra, conducido por Francisco Cespedosa (que después montó su la Autoescuela Obulco). Salimos de la calle Onésimo Redondo, remozada hace unos meses con el nombre de Cronista Antonio Recuerda. La visita nos dejó una grata impresión e hizo mella en mí, por la cantidad de macetas que había en la calle, por la alfombra verde de hierba recién cortada y su olor, por las barras montadas en medio de la calle y la música de sevillanas, y sobre todo por la cruz y cantidad de detalles florales que la adornaban.
Calle Cronista Antonio Recuerda
Al año siguiente se montaron en
los colegios y algunos sitios más, las primeras Cruces de Mayo en
Porcuna. Pasados tantos años, nadie duda que esta fiesta hubiera llegado
a Porcuna, más tarde o más temprano, pero ellos fueron los que pusieron
el primer granito. Para mí, esos son los días en los que mi querido
pueblo está más bonito y deslumbrante. Desde aquí quiero recordar y
reconocer este hecho, del que pocos se acordarán, pero que está ahí y
que no debe caer en el olvido.
Cruz de Mayo "Cerrajero"